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Para muchos padres, primerizos o no, adecuar una casa y sus habitaciones para la llegada de un recién nacido puede llegar a ser toda una odisea. Es difícil saber si lo estás haciendo bien o no, a pesar de que deseas que todo esté correcto en casa. Y la cuestión de cómo aclimatar la habitación de un niño nos preocupa mucho. Por eso, desde este blog vamos a ofrecer varios consejos que han publicado revistas específicas para dar toda una serie de pistas.

En primer lugar, nos vamos a fijar en Mi Bebé y Yo . Desde esta publicación se recomienda que el ambiente no sea seco, sino suficientemente húmedo. Ello se debe a que la falta de humedad seca la pequeña cantidad de moco que hay en las vías respiratorias, que tiene la función de llevar al exterior las impurezas que se inspiran con el aire. Por lo que la solución puede ser un enfriador evaporativo, como los de MConfortEn dicho reportaje se asegura, respecto a los grados, que durante el período invernal la temperatura del hogar debe oscilar entre los 19 y los 22ºC. Mientras que por la noche, la casa debe tener una temperatura de unos 18-20ºC, con una humedad del 60%.

Asimismo, desde Crecer Feliz, se nos recomienda que durante el día el ambiente esté a unos 22-24 ºC, así como mantener a los niños alejados de las corrientes de aire y evitar trasladarlos bruscamente de una habitación caldeada a otra que esté fresquita. Si hace mucho calor se aconseja el aire acondicionado (a 23 ºC), pero media hora antes de llevar al niño a ese cuarto y después quitarlo. Y, cuando llegue el frío y poner la calefacción, pero no más de 24 ºC, ya que un ambiente demasiado cálido produce irritabilidad. En este mismo sentido, por la noche la temperatura del cuarto del bebé no debe superar los 22 ºC porque el exceso de calor está relacionado con la muerte súbita.

Según Crecer Feliz, en invierno la mejor solución para que el niño esté a gusto es ponerle un saco pijama y prescindir de las mantas. Así no hay riesgo de que se tape la cara con ellas (es otro factor que propicia la muerte súbita). Si se prefiere un pijama de los de siempre, hay que procurar que sea entero, para que le cubra los pies, o ponle unos patucos. Los niños que duermen con los pies calentitos tienen un sueño más reparador. Hay que situar la cuna lejos de la calefacción y cuelga de ésta un recipiente con agua, para evitar que se reseque el ambiente.